Imagina esto.

Estás en el supermercado, revisando las ofertas.

De repente, pum, pum, pum.

Tu corazón se dispara sin previo aviso.

Miras tu reloj. 180 latidos por minuto.

Te detienes. Respiras. Pero no baja.

Ahí es donde muchos se preguntan:

¿Qué demonios está pasando?

No todas las taquicardias son iguales.

Las Taquicardias Supraventriculares Paroxísticas (TPSV)

tienen algo en común: son rápidas, regulares y empiezan y terminan de golpe.

Pero no se sienten igual en todos los casos.

Si sientes que los latidos suben hasta el cuello,

como si el corazón quisiera escaparse por la boca,

podrías estar ante una Taquicardia por Reentrada del Nodo AV.

Si las palpitaciones son fuertes, pero solo en el tórax,

podría ser una Taquicardia Auricular o una Taquicardia por Vía Accesoria.

Ahora, si los latidos son caóticos, irregulares,

como si el corazón estuviera en una fiesta sin control,

eso suena más a Fibrilación Auricular (FA).

Y si además pierdes el conocimiento, cuidado. Eso no es TPSV.

Puede ser algo más serio, como una Taquicardia Ventricular.

Entonces, ¿cómo saber cuál es cuál?

Si la taquicardia es regular, rápida y empieza de golpe,

podría ser una TPSV.

Si es irregular y descontrolada, corazonista loco,

bienvenido a la FA.

Si pierdes el conocimiento, no pierdas tiempo: ve a urgencias.

¿Qué hacer si no se detiene sola?

Puedes probar con maniobras vagales como la de Valsalva.

Si la taquicardia es de QRS estrecho y no responde a maniobras,

en el hospital pueden usar adenosina o verapamilo.

Pero si el QRS es ancho, ojo.

Ahí no se deben usar estos fármacos

sin saber exactamente qué tipo de taquicardia es,

porque puede ser una taquicardia ventricular y el tratamiento es otro.

Y si te pasa seguido, tal vez necesites un estudio electrofisiológico para solucionarlo de raíz.

P.D.: Si alguna vez te pasa, guarda el electrocardiograma o toma una foto. Para tu Cardiólogo –

Electrofisiólogo, eso vale más que mil palabras.