Disautonomía: lo que muchos sienten y pocos saben nombrar
El otro día me encontré con una paciente que me soltó esto:
—Doctor, cada vez que me levanto me siento como si me fuera a desmayar.
El corazón a mil, no veo bien, sudo frío…
—¿Y qué te han dicho?
—Que es ansiedad. Que respire. Que me relaje.
Y ahí es cuando ns encontramos con un problema de diagnóstico.
Porque no es que esté loca, es que su cuerpo está desajustado.
Se llama disautonomía.
Y aunque suena a palabrota, es más común de lo que crees.
Solo que nadie la busca.
Te cuento dos historias reales (que podrían ser la tuya, o la de alguien que conoces):
Laura tiene 26 años, hace yoga, come sano y está siempre cansada.
Cuando se levanta de la cama, su corazón se pone a correr como si fuera al gimnasio.
A veces se le nubla la vista.
O se le va la cabeza.
Le hicieron todos los exámenes normales.
Conclusión: “Es estrés”.
Spoiler: no era estrés.
Le hicimos una prueba donde se mide cómo responde el cuerpo al ponerse de pie… y ¡bingo!
Síndrome de Taquicardia Ortostática Postural, una forma de disautonomía.
Felipe tiene 38, trabaja en oficina.
Se levanta, se marea.
Come y se queda medio dormido.
Está sentado y de pronto… sudor frío, sensación rara.
También le dijeron que “duerma mejor” y “baje el café”.
Hasta que alguien se dignó a medirle la presión de pie.
Y zas: hipotensión ortostática.
¿Qué es la disautonomía en cristiano?
Es cuando el sistema nervioso que controla cosas automáticas (como la presión, el pulso, la
digestión o la temperatura) funciona mal.
Y como esas funciones no se ven, la gente piensa que estás exagerando.
Pero no.
Tú sabes que algo no va bien.
Y tu cuerpo lo grita.
¿Cómo se detecta?
- Escuchándote (sí, eso que a veces no hacen).
- Midiendo el pulso y la presión al estar acostado y luego al ponerte de pie.
- A veces se usa una prueba con una camilla que se inclina (Tilt test).
- Se descartan otras causas, como problemas hormonales, infecciones o estrés real.
Y lo mejor: no duele nada. Solo hay que tener paciencia y mirar bien.
Casi siempre afecta a mujeres jóvenes, pero los hombres también pueden tenerlo.
Solo que a ellos, como se quejan menos (o se aguantan más), se les pilla más tarde.
Si alguna vez te has sentido así:
- Te mareas al levantarte
- Te late el corazón como si estuvieras corriendo estando quieto
- Te cuesta pensar claro
- Sudas sin razón
- Te sientes agotado sin haber hecho nada…
Puede que no sea tu cabeza.
La disautonomía —cuando el sistema nervioso se desajusta y el corazón, la presión o el sudor se
alocan— también juega.
y hay que aprender a domarla.
¿Cómo?
Muévete suave.
Camina 20 minutos diarios.
Nada de maratones locos.
Bebe agua como si fuera tu trabajo: 2 litros al día.
Sube la sal un poco —sí, sal— si tu presión cae fácil.
Duerme bien, 8 horas.
Evita el estrés: respira hondo 5 veces cuando te acelere.
Y usa medias de compresión si te mareas al pararte.
Pequeños cambios, grandes victorias.
Sonríe sin miedo.
Toca tu pulso hoy.
Sigue estos consejos.
¡Haz que tu corazón cante tu canción, no la suya!
P.D. No estás solo. Ni sola. De verdad.
P.P.D. Si algún médico alguna vez te dijo que era “todo mental”, mándale este correo (con cariño,
pero mándaselo).